Tras hablaros de los pasos para empezar a restaurar y de los errores comunes que debes evitar, en esta ocasión, os damos algunos consejos y trucos para reparar el aspecto de algún mueble o hacer que se ciertos desperfectos o daños no sean tan evidentes. Ya sea una mesa, silla, puerta o estantería, con el paso del tiempo pueden acumular arañazos, pequeños golpes o perder el brillo, pero con estos sencillos pasos, pueden parecer como nuevas:
1. Arañazos
Los arañazos normalmente son la parte de la madera que ha perdido tanto el color como la capa de protección, ya que se queda en crudo. Son frecuentes en las superficies de los muebles, en puertas o en suelos de madera. Para eliminarlos hay que volver aplicar una capa de protección, saturar el poro de la madera e igualar el tono. Esto se puede hacer de varias maneras, que te sorprenderán:
– Podemos aplicar una mezcla con un aceite y vinagre. Las proporciones, en este caso, son importantes: ¾ de un vaso de aceite de canola o y ¼ de un vaso de vinagre blanco normal. Remover la mezcla y aplicar con un paño.
– Si frotamos con el fruto de la nuez directamente sobre arañazos en suelo o superficies lisas, el resultado será inmediato y se harán inapreciables.
2. Manchas y cercos de agua
Seguramente tenemos algún mueble con alguna mancha de agua con cercos de líquidos de vasos o tazas. Para eliminarlos pondremos pasta de dientes y frotaremos con un trapo, una vez que haya desaparecido la mancha debemos aplicar una capa protectora o cera o un barniz para proteger esa zona.
3. Manchas o trasferencia de color en la madera
Si apoyamos un recipiente o una taza muy caliente y no nos damos cuenta de que hay una foto, folleto o puede que hasta un bolsa de tela con una pegatina o dibujo, podemos disolver la tinta y que pase a la madera. Para eliminar esa mancha, podemos: debemos aplicar calor y utilizar el disolvente.
– Aplicar el disolvente de la tinta o la pintura que haya penetrado en la madera en un paño de algodón. Lo doblaremos en varias capas para que sea grueso y lo pondremos directamente sobre la mancha. Un vez tengamos el trapo encima aplicaremos calor con vapor de la plancha para que la humedad penetre en la madera y pueda disolver la mancha. Las aplicaciones serán cortas y continuamente debemos levantar el paño para ver si está funcionando y no sobrecalentar la madera demasiado. Iremos cambiando las caras limpias del paño para ir retirando los restos.
– Si con el agua no es suficiente, entonces haremos una mezcla de agua y alcohol en la siguiente proporción: una parte de agua y dos partes de alcohol o acetona ( si observamos que con el alcohol no se retira los restos). En esta ocasión será mejor no aplicar calor y poniendo papel secante, es decir, absorbente, tipo papel de cocina o algodón, para ir absorbiendo los restos. A veces, no conseguiremos que se elimine del todo, pero podremos disimular el daño en gran medida.
4. Golpes o abolladuras
Las abolladuras o los golpes producen un hundimiento en las fibras de la madera a nivel estructural. Para recuperar el volumen original, debemos devolver en la medida de lo posible la forma de las fibras. Para ello aplicaremos humedad y calor. La madera es un material vivo y responde a los estímulos externos, ya sea mucha humedad o por el contrario, la falta de humedad, que provocará grietas y alabeos o deformaciones.
Si la zona abollada está barnizada, tendremos que eliminar parte del barniz para que la humedad pueda penetrar en la madera. Una vez eliminada esa capa, aplicaremos sobre el golpe un paño húmedo y, posteriormente, pondremos calor con la plancha a calor medio para no provocar daños en la madera.
Este proceso debe ser cuidadoso, puede que tengamos que hacerlo en distintos periodos de tiempo, hay que dejar que la madera vaya recuperando el volumen original de forma gradual. Una vez hayamos conseguimos recuperar el volumen original deberíamos barnizar la zona tratada o aplicar pintura según proceda.
5. Faltas de color en arañazos
Cuando hay arañazos hay que hidratar y proteger la zona dañada. En ocasiones, no es suficiente aplicando un producto protector, ya que el cambio de color se nota. Un truco para arreglarlo es aplicar cera teñida. Para ello, cogeremos un tarro de cristal y pondremos una cantidad de cera en la que podemos añadir betún de judea para teñir la cera o al aceite que usemos y aplicar en el mueble. De esta forma se disimularán mucho mejor los arañazos.
Hay que tener en cuenta el color original de la superficie a tratar, el betún de judea es casi negro por lo que se deberá aplicar si los tonos son oscuros. Se pueden añadir pigmentos en polvo o colorantes líquidos que sean compatibles con el disolvente. Una reparación express podría ser aplicar betún o crema de las que aplicamos a nuestros zapatos si coincide con el color de nuestro mueble con un trapito para disimular las faltas.
6. Jabón para los cajones
A veces los cajones de las viejas cómodas o cajones de armarios se atascan y es un sufrimiento cerrarlos y abrirlos. Os dejamos un truco para que los cajones puedan correr bien. En ocasiones, esto ocurre porque la madera de las zonas interiores no tiene buenos acabados y los lijados no son muy buenos, por lo que puede ser difícil que deslicen bien. Una solución es frotar con una pastilla de jabón los cantos de los cajones y los raíles interiores. Verás que al aplicar este producto con base aceitosa hará que la fricción de las superficies se reduzca y los cajones deslicen sin dificultad.
¡Esperamos que estos trucos os ayuden a resolver y eliminar estos pequeños desperfectos!